El Sistema Monetario Internacional y tus finanzas

El dólar de los EE.UU. seguirá siendo por décadas y sin ambigüedad alguna el hegemón y principal referencia del Sistema Monetario Internacional.

Ten en cuenta esto para la conformación de tus portafolios de clientes globales y de activos financieros.

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El Sistema Monetario Internacional es asimétrico porque unas economías emiten moneda de reserva internacional y otras, por el contrario, las tienen que acumular por el hecho simple de que sus monedas locales no circulan en el exterior.

Como propongo en Asimetrías monetarias internacionales y Banca Central*, llamemos a las primeras Economías emisoras de moneda de reserva (EERs), y a las últimas Economías receptoras de moneda de reserva (ERRs); lo anterior, con los EE.UU. ($), la UE (€), RU (£) y Japón (¥) entre las primeras, y prácticamente el resto del mundo entre las últimas.

La implicación de política monetaria es que las EERs fijan la tasa de interés, sin preocuparse de la evolucion del tipo de cambio y los déficits fiscales y de cuenta corriente con el resto del mundo, mientras que las ERRs lo hacen prestando suma atención a la evolución de estos indicadores. O, dicho de otro modo, mientras las primeras se enfocan en la fijación del tipo de interés como objetivo intermedio para lograr los objetivos finales de producto (empleo) e inflación (estabilidad de precios), las últimas se preocupan mayormente por el tipo de cambio y su efecto sobre estos objetivos finales.

Así, mientras los tipos de cambio entre monedas de reserva (como el dólar/euro) suelen estar determinados de forma flexible y endógena por portafolios privados y diferenciales de intereses, los tipos de cambio entre monedas que no son de reserva y monedas que sí (como el peso/dólar) suelen ser determinados de forma menos flexible por la interacción de portafolios privados y públicos, debido a la intervención directa de los bancos centrales en el mercado de cambio haciendo variar su acervo de reservas en divisas y deuda en moneda extranjera.

El dólar de los EE.UU. representa aproximadamente un 60% de las tenencias globales de reservas internacionales. Así ha sido por décadas, solo que antes existía el marco alemán y ahora el euro, pero con participaciones porcentuales prácticamente invariables en el tiempo.

Es importante recordar que los activos de unos son los pasivos de otros, por lo que las reservas internacionales de las ERRs son deuda de las EERs. Así, cuando las receptoras acumulan reservas internacionales de las emisoras (ahorran/exportan), las deudas de estas últimas aumentan; y, lo contrario, cuando las receptoras desacumulan reservas internacionales (consumen/importan), las deudas de las emisoras disminuye.

Y, mientras las economías emisoras fijan la tasa de interés de su deuda (i.e. la tasa de interés que rinden las reservas internacionales), las receptoras fijan el tipo de cambio entre sus monedas nacionales y las de reserva internacional, al decidir las cantidades a acumular (cuánta deuda tendrán que emitir las emisoras, vía la política cambiaria).

Por tanto, para una economía pasar de receptora a emisora de moneda de reserva internacional, tendrá que ser el caso que primero pase de pequeña a grande en términos per cápita (su Producto Interno Bruto per cápita pase a ser alto y se convierta en un potencial gran importador o consumidor del producto global), y por décadas venga acumulando déficits en su cuenta corriente con el resto del mundo y, por tanto, un acervo significativo de deuda con el exterior.

El corazón de la UE, que es Alemania, parece no estar dispuesto a esto; y China, que tiene que sacar 30 millones de personas al año del campo a la ciudad tampoco, puesto que su modelo se basa en la expansión del comercio y, específicamente, de sus exportaciones netas.

Si durante los próximos 50 años, EE.UU. observa crecer anualmente un 3% nominal promedio su economía y un 0,40% su población; mientras, respectivamente, China observa un 4,5% y 0,30%, probablemente al final de esas 5 décadas los PIBs per cápita de ambos se igualen y el yuan y el dólar de los EE.UU. también en términos de su participación dentro de la canasta de reservas globales. Pero, esto último, bajo el supuesto de que China modificase durante este mismo año 2022 su política cambiaria, permitiendo por los próximos 50 años un 2% anual de apreciaciones nominales promedio del tipo de cambio yuan/$, tal que sus salarios, el producto, las exportaciones y el yuan en general se encarezcan en doláres en un porcentaje similar. Es decir, lo anterior, bajo el supuesto de que China decida políticamente cambiar su modelo de crecimiento de uno basado en la expansión de las inversiones y exportaciones netas a uno fundamentado en el alza del consumo y las importaciones.

Pero si esa decisión política esperase, como luce más probable, 10 años más, entonces ya no serían 5 décadas sino 6 para que el yuan alcance la misma participación que el dólar en los portafolios globales de reservas.

Ten en cuenta esto para la conformación de tus portafolios de clientes globales y de activos financieros, porque el fin de la hegemonía del dólar está cualquier cosa menos cerca.

En , pero sobre todo en , discuto sobre estos temas, al igual que sobre cómo conformar portafolios en el contexto arriba descrito.

*García, B. et al. "Asimetrías monetarias internacionales y Banca Central". Investigación Económica, vol. LXVII, núm. 265, julio-septiembre, 2008, pp. 145-187










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